SYDNEY (Reuters) – Científicos en el norte tropical de Australia recolectan sangre de cocodrilos con la esperanza de poder desarrollar poderosos antibióticos para humanos, una vez que las pruebas mostraron que el sistema inmunológico de los reptiles destruye el virus HIV (el responsable del sida).
Alimentación:
Los jóvenes capturan insectos; al llegar a adultos, peces y moluscos; y, a partir de los 3 m de longitud, se atreven a cazar vertebrado de mayor tamaño
Hábitat: Marismas, manglares, desembocaduras de ríos y, especialmente, zonas húmedas del interior, como ríos lentos, lagos, incluso poza y charcas temporales.
Reproducción: Puesta de 15 a 80 huevos (normalmente de 20 a 50), que se incuban durante 12 ó 13 semanas. No alcanzan la madurez sexual hasta transcurridos 12 ó 15 años
Control de la temperatura El corazón de los cocodrilos, que posee un tabique intraventricular y cuatro cavidades como el de los mamíferos, modifica la frecuencia de los latidos según la aportación de oxígeno, y los vasos del sistema circulatorio tienen la capacidad de contraerse y dilatarse, lo que contribuye a la termorregulación. Cuando están en el agua se refrigeran, pero cuando descansan, el tórrido sol haría subir excesivamente la temperatura. Para evitarlo abren la boca, aumentando la transpiración. Alternando las dos situaciones, consiguen mantener una temperatura interior de unos 25°C. No son, pues, estrictamente de “sangre fría” como la mayoría de reptiles, sino que poseen un control bastante cercano a los homeotermos (aves y mamíferos).
Los ojos y los orificios nasales. Son sobresalientes, lo que les permite permanecer ocultos bajo el agua (donde casi siempre cazan) sin dejar a la vista nada más
Las crestas y protuberancias. Sobresalen del agua a menudo y contribuyen a confundir a la presa (o al depredador), ya que cualquier contorno disruptivo es más difícil de distinguir que una forma continua. La conducta. Es también un elemento que contribuye al camuflaje: casi siempre están inmóviles, dejándose arrastrar por la corriente como si de un tronco se tratase. Y cuando se acercan suelen hacerlo lentamente, contorsionándose como si siguieran las ondas del agua, e impulsándose sólo con la
Jerarquía y territorialidad En las poblaciones de cocodrilos, por cada macho hay, generalmente, diez a veinte hembras. En un río o lago, el territorio de un macho es un segmento del litoral, aunque no todos los machos lo poseen. Si esta zona es atravesada por hembras de cualquier grupo o por machos jóvenes, no son molestados, pero si lo hace un macho mayor, será inmediatamente perseguido por el dueño guardián. Es una señal de que el territorio está ocupado, pero casi nunca comporta pelea alguna. Cuando dos machos con territorio se encuentran en el límite común, suelen mirarse en momento y dar media vuelta sin más.
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